La mentira tiene las patas cortas

  


Despues de tres llamadas hechas por unos chicos con las cabezas muy calientes supuestamente de visita en Jarabacoa, que equivocadamente me pedían que le enviara tres chicas, tuve que presentarle excusas y decirle que ya no estaba en el negocio de la carne.  Que “ese negocio de enviar mujeres a cabañas ya no lo mio” (nunca supo que hablaba conmigo).


La segunda llamada fue para que le diera un numero de la persona que gestionaba ese tipo de negocios en jarabacoa, porque eran cinco y querían “ambiente”. Volvio a decicrle que no era yo, que revise su numero.

 

Pero  a la tercera llamada ya con voz de desesperado,  le dije que siiii, que  era  yo el del negocio, pero que había abrazado la fe de Cristo Resucitado y que todas las muchaschas ahora estaban conmigo en la iglesia que abrimos  y que diariamente en vez de tragos servíamos mensajes y y música cristiana.

El hombro colgó…Pero al rato volvió a llamar.

 Ahora en otro tono, me dijo entre tembloroso y avergonzado que por favor le pasara  una cuenta de un banco porque quería apoyar la buena  obra y la trasnformacion que habíamos logrado.

Hice un silencio un tanto prolongo, pero pensé que la mentira tiene las patas muy cortas y no quise seguirle el juego.

Terminé pidiéndole que haga su donación a cualquier Casa de Ancianos, o de niños necesitados, que nosotros lo agradecíamos igual y que oraríamos por el…Y luego tuve que bloquearlo.

 El mundo es un espacio muy, muy extraño.  #MilciadesPichardo/2023

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