Es evidente que esa es una asociación de malhechores, en donde uno es el cerebro operativo, otro es el director de transportación y dos son los que hacen el trabajo sucio. Ese no es el estreno de ninguno de ellos. Los días por venir esclarecerán más el panorama
By Cristian Hidalgo
Los padres de familia (sobre todo los que tenemos hijos adolescentes), debemos tomar como referente el modelo de formación del .
, no para aplicarlo, sino para saber cuál no utilizar.
Algunas veces creemos que las cosas materiales llenan lagunas y vacíos que hemos fomentado en nuestros hijos, generándonos frustraciones y sentimientos de culpa que precisamos enmendar para procurar el aplauso de los demás y para creernos la mentira de que somos buenos padres.
El "Dotolcito" ha sido sincero y coherente con su padre, respecto a su modus vivendi; que él no haya querido darse cuenta es otra cosa. En el aire celebrarle a carcajadas que "si fuera hijo de mecánico robaría retrovisores"; que vaya a un lugar de diversión a beber con amigos y desde allá lo llama y le pide "transfiéreme 20 mil para pagar la cuenta"; y este como si fuese su tesorero personal inmediatamente ejecuta, deja mucho qué desear.
Que su socio .
lame al Dotolcito en el aire para aconsejarlo, que le proponga al padre llevarlo a trabajar a ese importante medio, para que ocupe su tiempo; y que la respuesta del padre sea "a mí no me digan cómo criar a mi hijo; a mi hijo lo formo yo", es algo digno de estudiar.
Quien cultiva javilla, jamás cosechará peras. Hoy el padre está cosechando lo mismo que sembró. De ser cierta la versión que "trataron de manipular para desvincular al Dotolcito de ese hecho", sería otro craso error que lo único que provocaría sería engendrar una tragedia mucho mayor.
Nunca me ha cuadrado que el Dotolcito haya estado ajeno a ese caso; no hay que ser un científico de la Nasa para saber que ahí están todos, absolutamente todos involucrados. No es fortuito que ese sea "el taxista de confianza" del Dotolcito, al que llama para hacer todas sus vueltas.
Según declaraciones de ellos mismos, "El Dotolcito, llamó al taxista para que fuese a buscar a uno; al este abordar el auto, le pide vaya a buscar al otro y los lleva a la discoteca en donde les esperaba el Dotolcito; como este era de confianza en la disco, metió las dos pistolas; 40 minutos más tarde llamó de nuevo a su "taxista de confianza" para que los recogiese, produciéndose lo que todos conocemos.
Es evidente que esa es una asociación de malhechores, en donde uno es el cerebro operativo, otro es el director de transportación y dos son los que hacen el trabajo sucio. Ese no es el estreno de ninguno de ellos. Los días por venir esclarecerán más el panorama. Que eso nos sirva de lección, para que no lloremos como mujeres lo que no supimos hacer bien como hombres.
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